Las autoridades que Hernán Lombardi nombró al frente de la agencia de noticias para llevar adelante el desguace que terminó con el despedido de 357 trabajadores sumó un nuevo capítulo que expone los modos en que operan para presionar y romper la huelga que lleva más de 40 días y exige la reincorporación de los despedidos.
Este lunes Pablo Ciarliero, número 3 en el rango jerárquico debajo del presidente Rodolfo Pousá y el vicepresidente Ricardo Carpena,
llegó a las oficinas de la agencia acompañado por una escribana para chicanear a los trabajadores, burlarse de los despedidos a quienes les buscó impedir el ingreso e indagar acerca de las medidas que estaban llevando. La misma práctica la volvió a repetir en la mañana del martes.
El accionar intimidatorio y que buscaba una reacción por parte de los trabajadores no es novedad ya que
cuando fue designado en Radio Nacional tras la llegada de Mauricio Macri al poder se especializó en despedir trabajadores de la radio pública y de filmar en más de una ocasión a quienes se mostraban en contra.
Lejos de encontrar la reacción de quienes reclaman pacíficamente la reincorporación de sus compañeros, Ciarliero se encontró con que la seguridad permitió el ingreso de los despedidos en contra de su postura.
Cuando pidió explicaciones, la orden venía de parte del gerente de relaciones laborales Carlos Villoldo, que fue quien firmó los telegramas de despido.
Este episodio muestra una interna que se abre en el directorio designado por Hernán Lombardi. Tanto Villoldo como Ciarliero cerraron sus cuentas de la red social Twitter cuando se inició el conflicto, por su parte Pousá y Carpena siguen sin aparecer por la agencia estatal de noticias.