Con la inflación de 2,1% para mayo, 11,9% en sólo cinco meses de lo que va de 2018 y la interanual de 26,3% que informó el INDEC, el gobierno de Mauricio Macri ya casi no tiene margen de error para lograr el índice de precios "informal" de 27% que acaba de prometerle al Fondo Monetario Internacional.
Es que
para conseguir el número que le aseguró al FMI, la administración Cambiemos debería conseguir un promedio inflacionario de 2,5% cada uno de los 6 meses que le queda medir hasta que termine el año y, en ese sentido, deberá primero transitar junio, donde se espera que impacten los efectos de primera línea de la devaluación, por lo que ese período podría rondar un 3%.
Es que, con la nueva meta inflacionaria, con la que se procura llegar a junio de 2019 con una inflación entre el 20 y 21% "es necesario empezar un proceso inmediato de decrecimiento", como se expresó Federico Sturzenegger durante el anuncio del acuerdo técnico con el FMI para un crédito "stand by".
Con los datos de mayo e incluso a pesar de haber sido sorpresivamente mucho más bajos que el promedio de 2,5/2,7% que observaban las estimaciones privadas, el incremento de precios acumula un salto de 11,9%. Eso ya es cerca de la mitad de la nueva meta no oficial de inflación para 2018 de 27% para diciembre, de acuerdo a la carta de intención comunicada al Fondo. Y si bien el dato de mayo podría verse como un "respiro" luego de la inflación más alta del año en abril (2,7%), no tranquiliza el panorama de cara a junio.
Este incremento recién empieza a contemplar la devaluación que sufrió la moneda local desde el pasado 23 de abril, cuando inició la corrida cambiaria que todavía no tiene techo, como demostró la jornada de hoy en la que el dólar superó los $28. Por lo tanto, se espera que durante los próximos meses se sigan registrando fuertes subas de precios, a pesar de las expectativas oficiales.
Tanto desde la autoridad monetaria como desde el Poder Ejecutivo se venía sosteniendo que a partir de mayo la inflación iba a tener una rápida desaceleración y que se iba a poder cumplir la meta prevista del ya fallecido 15%. Sin embargo, las últimas mediciones privadas la estiman en un nivel anual en torno al 30% e incluso el propio Banco Central eliminó toda meta inflacionaria para este año.
La variación del IPC de mayo estuvo muy influenciada por la suba de alimentos (3,3%), dada su sensibilidad con el movimiento del dólar. De esta manera, los bienes (2,7%) se incrementaron mucho más que los servicios (1,1%) y la inflación núcleo (2,7%) se ubicó muy por encima del aumento de los precios regulados (0,4%).
Un dato curioso que sonó con ironías en la voz de diversos especialistas en medios de comunicación, es la curiosa baja que el INDEC observó en el rubro "Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles". Allí, según el organismo que dirige Jorge Todesca no hubo incremento, sino por el contrario una baja respecto de abril de un -0,7%.
LO QUE SE ESPERA PARA JUNIO
Uno de los índices que se ven en el IPC de mayo pero que revelan lo que pasará para el mes próximo tiene que ver con la inflación en precios mayoristas. En mayo, ese índice (SIPM) reflejó un salto mensual de 7,5%, planteando un escenario interesante para junio, sobre todo cuando los principales aumentos del mes se concentraron en los productos importados. Estos aumentaron un 15,3% respecto de abril.
Otro "anticipo" de la inflación de junio se ve en los costos de construcción. En mayo, el índice de costos de construcción mostró un aumento del 2,2% respecto del mes anterior. Lo interesante en este caso es que el rubro de "Materiales" subió un 6,2%, motorizando la suba de los costos, que respecto del año pasado alcanzó un aumento del 30,9 por ciento.
Se espera que la inflación de junio sea donde se vea principalmente el efecto de la devaluación de 19% que ocurrió en tal solo tres semanas. Se espera que la nueva banda para ese mes sea entre 2,5 y 3%, particularmente por el arrastre estadístico que queda de mayo.