Ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires. Director artístico del Teatro Colón. Representante Especial para la Promoción de la Cultura Argentina en la embajada del país en Alemania. Tres cargos, tres despidos en dos años de
Mauricio Macri en Casa Rosada. Sin embargo,
no sólo la "dinámica" aventura de Darío Lopérfido en puestos políticos del Estado durante la gestión PRO es llamativa, sino también la exigua pero costosa "tarea" que tuvo en Berlín, su último espacio como funcionario.
Es que, según un artículo de Sebastián Lacunza en Letra P,
el negacionista Lopérfido utilizó sus 9 meses en Europa para tres actividades y algunas fallidas reuniones de lobby a cambio de 170 mil dólares: organizó dos exposiciones dentro de la misma delegación en Berlín, coordinó una visita de tres días de “niños cantores” cordobeses, dio “apoyo” a artistas en el cierre de una importante muestra y tuvo encuentros que no produjeron ningún resultado en convenios o acuerdos para la Argentina. Todo según información de la propia Cancillería.
El "promotor y gestor cultural" llegó a Berlín el 18 de junio pasado y finalizará formalmente sus "tareas" a fines de abril próximo. Los
170 mil dólares que esos seis meses con tres actividades (y media, si se cuentan las reuniones) le costaron al Estado surgen entre su
sueldo bruto mensual de 13.252 dólares (por los nueve meses transcurridos más el que resta) como ministro plenipotenciario de segunda y los
casi 40 mil dólares correspondientes a gastos de arribo y flete.
LA ATAREADA VIDA DE LOPÉRFIDO EN BERLÍN
El
exvocero de Fernando de la Rúa y hombre del Grupo Sushi se sumó en la
tarea de “apoyo” a los artistas argentinos en Documenta 14, porque, cuando arribó a Berlín, la exposición de arte contemporáneo ya llevaba dos meses abierta y cerraría el 17 de septiembre siguiente.
Luego, le tocó un pequeño papel en el viaje de los alumnos del histórico instituto cordobés Zípoli, que fue financiado por el Ministerio de Cultura y el gobierno de Córdoba. Tras un encuentro con Francisco en Roma,
en Berlín los pequeños cantores presenciaron un ensayo de la Staatskapelle a cargo del director argentino Daniel Barenboim, con la coordinación de Lopérfido.
Las otras actividades informadas por Cancillería (ante una consulta previa a la remoción del funcionario) fueron la
coordinación de una muestra fotográfica de Gerardo Korn y otra de afiches de películas, ambas en la sala Jorge Luis Borges de la representación argentina. También mantuvo
reuniones o contactos con autoridades de una escuela de música en el barrio Schöneberg, el Instituto Goethe y la alcaldía de la capital alemana, con el fin de comenzar a definir la agenda cultural 2019 de la Hermandad Berlín-Buenos Aires.
POR QUÉ LO DESPIDIERON (SEGÚN ÉL)
"Sigo siendo adherente del Gobierno y lo apoyo, pero
no es un gran momento para la libertad intelectual, en ningún lugar del mundo. A mí me gusta ejercerla y, para eso, es mejor estar fuera del Gobierno", dijo a La Nación.
POR QUÉ LO ECHARON (SEGÚN MACRI)
“Por razones de servicio”, publicó el Gobierno este martes en el Boletín Oficial. .
Así termina la acotada actividad de Lopérfido por Berlín en representación del país. De allí, y de cómo llegó, surgen las versiones, sostenidas incluso por voces de Cancillería, de que
se le había inventado un puesto ad hoc como salida elegante de su problemática gestión en la Ciudad.
Tras haber acusado a los organismos de derechos humanos y familiares de las víctimas del terrorismo de Estado de arreglar “en una mesa cerrada” la cifra de 30 mil desaparecidos “para conseguir subsidios” y arrastrar a ese mismo lodo público al propio Macri, consiguió amplio repudio y fue desplazado de Cultura de la Ciudad seis meses después y del Teatro Colón más de un año más tarde.
Primero se informó su traslado a Berlín para un cargo inespecífico. Bajo la conducción de
Susana Malcorra, otra funcionaria desplazada, Cancillería resistió formalizar el nombramiento de Lopérfido. Temían el costo de llevar a Alemania a un negacionista.
Malcorra dejó el cargo pocos días antes de que Lopérfido aterrizara en Berlín. Con
Jorge Faurie en Cancillería, no se le asignó presupuesto específico a su escritorio "salvavidas", y, con ese contexto como argumento, el exfuncionario sólo viajó a la ciudad de Kassel, donde se llevó a cabo Documenta 14, y esperó su nuevo despido.
