A tres semanas del comienzo de las clases estipulado para el 5 de marzo, el Gobierno de
María Eugenia Vidal inició la negociación paritaria docente con una propuesta a la altura de los pedidos de
Mauricio Macri. Es que la oferta del Ejecutivo bonaerense a los maestros fue realmente a la baja, ya que
el "paquete" fue de un aumento del 15% en tres tramos y sin cláusula gatillo, pero con un curioso bono único de $4500 a los aproximadamente 50 mil docentes que no faltaron nunca en todo 2017.
Vidal propuso un esquema con tres ejes:
un aumento acumulativo y en tres tramos del 15% por ciento para todo el año sin reacondicionamiento automático, en un contexto en que la inflación de enero fue de 1,8% y se espera 2,5 para febrero. De acuerdo con los cálculos oficiales eso llevaría el salario promedio del sistema a $28.358, lo que en el caso de los docentes con cargo simple los nuevos sueldos sólo alcanzarían unos $14 mil.
Los funcionarios dijeron que se abonará un “reconocimiento extraordinario” por única vez de $4.500 pesos para los docentes titulares que no faltaron durante el ciclo lectivo 2017, es decir un insólito plus retroactivo a la asistencia perfecta. “Esto es por fuera de la negociación paritaria”, dijeron, o sea que lo pagarán de todas maneras. Por último, los enviados de Vidal se comprometieron a elaborar para la próxima reunión una propuesta que tenga en cuenta el concepto de presentismo, para el 2018.
Roberto Baradel, titular del Suteba, había adelantado el rechazo docente a esta oferta, ya que "tiene que respetarse lo que son las expectativas inflacionarias, porque hoy mismo desde el Banco Central hablan de un 19,4%" y "tiene que haber clausula gatillo".