A pesar de la interminable estrategia de explicar todas las problemáticas a partir de la
"pesada herencia", desde el Gobierno continúan lanzando remakes de frases del kirchnerismo para proponer soluciones. Es el caso del ministro del Interior,
Rogelio Frigerio, que ante el fuerte aumento de la pobreza y la indigencia durante el primer año de gestión PRO informado por la UCA, la imparable inflación confirmada por el propio INDEC, y los pésimos números que maneja Cambiemos en terrotorio bonaerense de cara a las legislativas, evaluó que es necesario ir por una
"sintonía fina".
"Son desafíos muy complejos y hay que hacerlo con sintonía fina y ver y analizar todo el tiempo cuál es la mejor política en las distintas circunstancias que vamos atravesando", reconoció Frigerio respecto de la mencionada situación en una especie de remake del concepto vertido por la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner en 2011.
Las palabras no pasaron desapercibidas por tratarse de una de las espadas políticas más firmes del Gobierno de
Mauricio Macri. En diálogo con radio Continental, el funcionario consideró que
"hay que administrar, porque lo que hay que cuidar es la capacidad de compra del salario, el bolsillo de la gente".
En un momento en que suenan nuevamente posibles modificaciones en el esquema ministerial de Macri y en los integrantes de su erquipo, Frigerio agregó que
"es permanente el análisis", admitió que
"la situación es muy difícil" y aclaró que
"no es que se fijó una política al principio de 2016 y eso es inalterable".
"Además de encontrar permanentemente nuevos problemas, tenemos que ir monitoreando la situación social, que es lo que más nos preocupa. En consecuencia,
vamos a ir adaptando las políticas públicas que el Presidente considere indispensables para la Argentina", aseguró.
A pesar de que cuando el macrismo era oposición solía recurrir a las estadísticas de la UCA para sostener su crítica al kirchnerismo, Frigerio criticó la calidad de los números de esa institución. El informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina reflejó que en los primeros nueve meses de 2016 un millón y medio de personas cayó en la pobreza y 600 mil de ellos en la indigencia, pero para el ministro esas mediciones surgieron
"ante la ausencia de estadísticas públicas durante varios años" y que
"no es la misma medición que la que puede hacer el Estado".
"Se está midiendo la pobreza por ingreso. También tenemos la pobreza estructural, que es peor, porque tiene que ver con la falta de un hábitat adecuado, la falta de agua potable o cloacas. Y estamos tratando de atacar los dos problemas. Si consideramos esta baja de la inflación, seguramente la pobreza baje", añadió.