Con acusaciones cruzadas y referencias directas sobre racismo y deshonestidad, los candidatos presidenciales estadounidenses Hillary Clinton y Donald Trump protagonizaron ayer el primero de una serie de tres debates, en Hempstead. Aunque comenzaron con una aparente calma, pronto emergieron la artillería pesada y los ataques personales.
El duelo verbal se extendió por 90 minutos, sin interrupciones.
Los dos aspirantes a llegar a la Casa Blanca y suceder a Barack Obama chocaron especialmente en materia de planes económicos y política exterior. "Nuestro país está en problemas. Lo que están haciendo con nosotros es algo muy triste", dijo Trump. "Tú vives en tu propia realidad", le contestó Clinton.
”Al menos tengo un plan para luchar contra el Estado Islámico", lanzó ella. “No, no, le estás diciendo al enemigo todo lo que quieres hacer", retrucó él.
En uno de los momentos más álgidos, la candidata demócrata acusó a su par republicano de haberse lanzado a la política usando la “mentira racista” de cuestionar la nacionalidad de Obama. Lo criticó también por no divulgar sus declaraciones de impuestos y dedujo que debe tener “algo que esconder”. A su turno, Trump acusó que ella había pasado tres décadas en la vida pública sin haber aportado una solución concreta a los estadounidenses. Y apuntó que como Secretaria de Estado fue responsable de generar un "caos completo" en Medio Oriente.
Los cruces sobre cuestiones personales se repitieron a lo largo de todo el debate.
Clinton acusó a Trump de haber “timado” a gran cantidad de trabajadores y empresarios. Por su parte, el republicano arremetió contra la capacidad de la ex secretaria de Estado para gobernar: "No tiene imagen presidencial, y no tiene la energía”. La devolución de ella no se quedó atrás: "Bueno, cuando él viaje a 112 países y negocie un acuerdo de paz, un cese al fuego, la liberación de disidentes (...) o pase 11 horas declarando frente a una comisión parlamentaria, podrá hablar de energía".
En tanto, las encuestas muestran poca diferencia entre la candidata demócrata y el republicano. El sondeo de la Universidad Quinnipiac otorgó a Clinton 44% de apoyo y a Trump un 43%, un resultado que constituye un "empate virtual". Muy lejos de la gran ventaja que le sacaba Clinton a Trump al inicio de la campaña.