Luego de la polémica que instauró el ministro de Cultura porteño, Darío Loperfido, quien
cuestionó la cifra de desaparecidos durante la última dictadura civico-militar al asegurar que "en Argentina no hubo 30 mil desaparecidos, se arregló ese número en una mesa cerrada", y
la multitud de críticas que recibió, ahora le tocó el turno a Jorge Lanata de entrar a la pelea.
El periodista estrella del grupo Clarín publicó una columna en el diario titulada "Sobre la militancia", en la que habla sobre la última dictadura militar y cuestiona la interpretación histórica de los setenta, además de atribuirle la imposición de esta lectura errónea al kirchnerismo.
"Persistan o no los ideales del setenta sería bueno preguntarse cuáles fueron o cuáles hubieran sido: la dictadura provocó 30.000 muertes; ¿cuántas hubieran provocado los montoneros?", escribió Lanata, quien luego aseguró que
"a medida que pasan los meses y vemos actuar al kirchnerismo residual, su herencia cultural aparece más desnuda".
"La idea de 'juventud maravillosa' tiñe la herencia residual: una generación que se supone de superhombres diezmada por militares extranjeros. Tal mito está tan enraizado en la cultura residual K que ha llevado a los jóvenes de La Plata, por ejemplo, a pensar que Rodolfo Walsh fue un gran periodista y escritor porque era guerrillero. Es exactamente al revés: Walsh fue un gran escritor a pesar de ser guerrillero", agregó Lanata.
Además, comentó una historia sobre la vistia de Tzvetan Todorov, el filósofo búlgaro-francés, al Parque de la Memoria, la que según Lanata el kirchnerismo "nunca va a terminar de arrepentirse", ya que semanas después, Todorov publcó en El País de Madrid una nota en la que asegura que en ninguno de los lugares que visitó vio "el menor signo que remitiese al contexto en el cual, en 1976, se instauró la dictadura, ni a lo que la precedió" y en la que destaca el rol de "los Montoneros y otros grupos de extrema izquierda" que "organizaban asesinatos de personalidades políticas y militares, que a veces incluían a toda su familia, tomaban rehenes con el fin de obtener un rescate, volaban edificios públicos y atracaban bancos".
Finalmente, Lanata sostuvo que
"las consecuencias del periodismo militante han sido funestas" y que
"el gobierno K montó el mayor aparato de propaganda desde los años cincuenta".