12.09.2018 / Cambiemos

A la espera del nuevo acuerdo, el FMI ya está en la Argentina para controlar el "ajustazo" que prepara Macri

Tras las negociaciones entre el Gobierno y el organismo en Washington por el adelanto de fondos o en su defecto el incremento de la cantidad de dólares a cambio de mayores condicionamientos, una comitiva del Fondo llegó al país para seguir la discusión y auscultar de cerca las "medidas de austeridad" que pidió Lagarde y que el Ejecutivo se apresta a lanzar.



“Las nuevas medidas de austeridad anunciadas por el presidente Macri serán un determinante clave de la política fiscal hacia futuro”, dijo ayer Christine Lagarde, la titular del FMI, en lo que fue una suerte de sinceramiento de lo que la Argentina y el Fondo empezaron a negociar en Washington pero, a partir de hoy, seguirán en el país a partir de una pata de control del organismo nuevamente en Buenos Aires.

Es que un equipo de técnicos del FMI, que encabeza Roberto Cardarelli, el jefe de la misión del organismo multilateral en el país, ya está en la capital argentina para seguir las reuniones con los equipos del Ministerio de Hacienda y el Banco Central en pos de modificar, como solicitó el país, los términos y las condiciones del acuerdo stand by por USD 50.000 millones que el país firmó con el organismo hace sólo dos meses.

"El equipo del FMI liderado por el Sr. Roberto Cardarelli se encuentra actualmente en Buenos Aires para continuar las conversaciones con las autoridades argentinas para trabajar en torno al fortalecimiento del programa respaldado por el FMI. El personal del Fondo trabajará intensamente, en colaboración con el gobierno, para identificar cómo el FMI puede brindar un mejor apoyo a la Argentina frente a la renovada volatilidad financiera y un entorno económico desafiante. Nuestro objetivo común es llegar a una conclusión rápida de estas discusiones para presentar una propuesta al Directorio Ejecutivo del FMI", aseguró un vocero a la prensa.



Para presionar hacia ese apoyo, Macri consiguió charlas telefónicas con dos líderes con peso en el organismo, como los mandatarios de Estados Unidos y de Alemania, Donald Trump y Angela Merkel, respectivamente. No obstante, la parada más compleja será resolver las cuestiones específicas de los términos de ese nuevo acuerdo y qué consecuencias económicas y sociales traerá aparejado para el país.

El 4 de septiembre –un día después de los anuncios de retenciones a las exportaciones y el tijeretazo a los ministerios–, el ministro Nicolás Dujovne viajó a Washington a iniciar las negociaciones. Ese día, Macri habló con Trump. Luego, el propio Dujovne aclaró que había "entendimiento", pero faltaba aún "el acuerdo formal".

Su equipo permaneció en la capital de EEUU varios días –Gustavo Cañonero y Pablo Quirno, de Central, y Santiago Bausili, Rodrigo Pena y Guido Sandleris, de Hacienda–, pero no se llegó hasta ese momento a ninguna cuestión concreta. Ahora, con los estadounidenses en el país, debería concluirse la letra chica que luego el directorio del FMI debería rubricar con el "ok" final.

Lagarde ya adelantó que las nuevas medidas de "austeridad", que Macri deberá ejecutar -a partir del Presupuesto 2019- y que se sumarán a las ya aplicadas, serán un "determinante clave" de la política fiscal hacia futuro. En realidad, la garantía del Gobierno respecto de esas decisiones es la llave para que el Fondo habilite el nuevo pacto.

Si bien el FMI aseguró que la intención avanzar "rápidamente" con un nuevo acuerdo, resta definir nada más y nada menos que cuándo, cuánto y cómo. Es decir, si la cantidad de dólares será la acordada en junio o si será mayor, si se adelantarán recursos y cuántos y qué pedirá el organismo a cambio. Esto último, lo que más preocupa a la oposición política en la Argentina.