Dos temas calentaron la semana. El Gobierno nacional anunció este jueves que
se llegó a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, que le prestará al país hasta US$ 50 mil millones, con fuertes exigencias y un ajuste más acelerado para los próximos años. En paralelo,
la CGT publicitó el anuncio de un paro general que, finalmente, se pospuso a la espera de más diálogo con el Gobierno.
El retorno del FMI
El jueves el Gobierno anunció el acuerdo con el FMI:
un préstamo de US$ 50 mil millones en un plazo de 36 meses. Con un mensaje, el organismo apoyó
"enérgicamente los redoblados esfuerzos por reducir la inflación, que, como sabemos, carcome los cimientos de la prosperidad económica de Argentina y recae directamente en los segmentos más vulnerables de la sociedad".
Pero
el préstamo llegó con condiciones. Tan es así que
el ajuste para los próximos años se profundizará para asegurar un mayor equilibrio fiscal, según se explicó. De este modo,
en los próximos tres años habrá una reducción acumulada del déficit de 3,1% del PBI, alrededor de USD 19.300 millones.
El economista
Ernesto Mattos explicó que
“el mayor recorte, por los datos del Gobierno, está en gastos de capital, que es la obra pública; en segundo lugar, transferencias corrientes a las provincias; los subsidios a la energía y transporte; y los salarios estatales, con el ajuste del 13%”.
Además del ajuste, el acuerdo implicó
la vuelta a un dólar de flotación libre, sin la intervención del Banco Central, como en los últimos días, para evitar la disparada de la divisa. Luego de este anuncio, la moneda norteamericana tocó los $26.
El titular del organismo explicó que el Central va a intervenir si hay movimientos extraños, pero
“el préstamo del FMI llega después del 20 de junio, hasta entonces no tenemos nada (de dólares). El BCRA va a intervenir pero se pueden ir otros US$10 mil millones” en esos doce días, explicó Mattos en Radio Gráfica.
Finalmente,
otro de los puntos críticos es la inflación y el cambio de la meta para este año, que pasó del 15% a ninguna meta. "Este año vamos a intentar que la inflación sea la más baja posible, ya no como un objetivo, sino como parte de la trayectoria", dijo Federico Sturzenegger, que admitió que "para el 2018 decidimos no tener metas".
El paro que todavía no fue
Ante un clima desfavorable en lo económico y laboral,
la conducción de la CGT pronosticó lo inevitable de un paro general. Restaba establecer la fecha, que podía ser antes o durante el Mundial de Rusia. Ese “detalle” se definiría el jueves 7 de junio, sin embargo
el Gobierno convocó a los triunviros cegetistas a una reunión de urgencia y, en medio de negociaciones, la definición se pospuso.
"
Las condiciones (para un paro general) están y se van a sustentar en los dictados del FMI", dijo
Héctor Daer la semana pasada. Esta postura fue reafirmada por
Juan Carlos Schmid, quien afirmó que “
va a haber paro general de la CGT, coordinado con las distintas expresiones populares y sindicales”. En el mismo sentido,
Carlos Acuña aseguró que “l
a sociedad está agotada, no solamente de los tarifazos, de la canasta básica, el consumo básico de la familia. Ya es insostenible la situación“, por lo que el paro general era un hecho.
Pero horas antes de la reunión del Consejo Directivo de la CGT para definir la medida de fuerza, el Gobierno convocó a los triunviros y propuso una recomposición salarial de hasta el 5% para el sector privado. Tras el encuentro, la conducción de la central obrera dilató el anuncio de un paro general y el cuarto intermedio culminará el próximo martes. Según se adelantó,
la CGT le demandó cinco puntos al Gobierno y, de no cumplirse la totalidad, la medida de fuerza nacional será un hecho.
En paralelo,
Camioneros confirmó un paro nacional para el próximo 14 de junio, al cual se plegó la CTA y, se estima, los movimientos sociales.