Según las proyecciones de un amplio abanico de analistas, el déficit fiscal de 2017 se ubicará tercero en el ranking de los más elevados de la historia argentina, sólo superado por el Rodrigazo y el pico registrado durante el alfonsinismo.
El dato se desprende de un informe publicado por el diario Ámbito Financiero, que detalla las proyecciones realizadas en las últimas semanas por diversos analistas.
Entre los más optimistas, FIEL y JP Morgan piensan en un déficit de entre 5 y 5,3%. Pero los más pesimistas apuntan hasta un 7% (Capital Economics). Con poca diferencia se ubican Societe Generale (6,9%) y UBS (6,8%).
En la plaza financiera ya se habla de que la Argentina se encuentra inmersa en una estanflación de origen fiscal. Para estos analistas,
sin una corrección de los problemas fiscales de fondo, el país tiene bajas chances de reinsertarse en un sendero de crecimiento.
Según los datos oficiales presentados por el Ministerio de Hacienda, la meta de déficit primario (0,6%) del primer trimestre fue sobrecumplida. Igual que en 2016, esto se logró en base a los recursos fiscales aportados por el blanqueo. Pero los ingresos del blanqueo ya no estarán, y sí habrá más gastos por encima de la inflación. Entre ellos los gastos de capital (mayormente obra pública), que crecen por encima del 35% interanual.
Así, las consultoras prevén que la obra pública se acelerará y por lo tanto ven factible que la meta anual de déficit primario (4,2%) sea incumplida por 1 punto porcentual del producto, en tanto que el déficit financiero (que incluye intereses por 2,7% del PBI) termine en 7,9% del PBI en 2017.