Mientras la seguidilla de renuncias deja en evidencia la situación endeble que atraviesa el Ministerio de Salud, un informe de Fundación Soberanía Sanitaria sobre el primer año de Jorge Lemus al frente de esa cartera expone resultados lapidarios.
Vaciamiento de programas, epidemias de dengue y gripe, estancamiento de los tratamientos de fertilidad, menos producción y distribución de medicamentos, y la lista sigue.
El informe, titulado “¿Cuánto puede cambiar la salud de los argentinos en un año de gestión?”, advierte que la parálisis de programas de abordaje territorial desde principios de 2016, frenando campañas de prevención y descacharrización, así como el desmantelamiento de la Dirección de Enfermedades Transmisibles por Vectores, “contribuyeron a provocar
una de las peores epidemias de dengue en la historia: más de 40 mil casos con-firmados y otros 73 mil sin confirmación, muchos de ellos por falta de reactivos para el diagnóstico”.
El balance realizado por Fundación Soberanía Sanitaria –presidida por Nicolás Kreplak, médico clínico, sanitarista y viceministro de salud durante la gestión anterior- remarca que
el año 2016 también estuvo atravesado por “la peor epidemia de gripe desde la pandemia producida por el virus influenza H1N1 en el año 2009. Hasta octubre del año pasado fueron notificados cerca de 900 mil casos de enfermedades tipo influenza en todo el territorio nacional”. Según el informe, “hasta principios del mes de octubre ya se habían registrado 283 fallecidos con diagnóstico de influenza en el país”.
Además de enumerar el cierre de programas como Argentina Sonríe y Qunita, el relevamiento del primer año de Lemus señala que “los tratamientos de fertilidad distribuidos fueron los adquiridos por la gestión anterior durante el año 2015, no se realizaron compras de este tipo de tratamientos en el 2016”.
La Fundación alerta que
“el principal impacto de la parálisis de la gestión en materia de salud sexual” se atribuye a la tardanza en la adjudicación de una licitación pública para la compra de preservativos y geles lubricantes, iniciada septiembre de 2015: “Al demorar cerca de 13 meses para concluirse, desabasteció a todo el sistema público de salud del país”.
La reducción del programa REMEDIAR, abocado a la compra y distribución de medicamentos esenciales a los más de siete mil centros de atención primaria de todo el país, explica la “tendencia descendente durante todo el año 2016” de la entrega de medicamentos a las provincias, según el balance.
“Esta tendencia se puede explicar por dos decisiones tomadas por la actual gestión. La primera fue no realizar licitaciones para el programa durante todo el año. La segunda, dar de baja los contratos con laboratorios de producción pública que el programa mantenía para la compra de medicamentos”, plantea el documento.
Y agrega que a fines de 2016 surgieron denuncias de varios médicos de distintos hospitales del país sobre
faltantes de tratamientos parala tuberculosis. De hecho, en las últimas semanas trascendió que la Sociedad Argentina de Infectología y otras entidades enviaron cartas a Lemus para reclamar soluciones ante estas carencias. Otro problema señalado fue la subejecución presupuestaria en áreas como la Dirección de Sida y ETS, práctica que no es exclusiva de la cartera de Lemus.
Por otra parte, el informe cuestiona la
falta de control sobre los precios de los medicamentos. “El Estado abandonó de manera abrupta la regulación de precios de los medicamentos realizada anteriormente por la Secretaría de Comercio. Los efectos de esta decisión no tardaron en aparecer. El 85 % de los medicamentos de mayor demanda local aumentaron más que la inflación”. De una muestra de 123 medicamentos, 12 tuvieron un incremento de más del 100% y en 77 casos (el 63% de la muestra) se superó el incremento medio del 51%.
El informe completo: