Para cuando se celebren las PASO nacionales el 9 de agosto, ya habrán elegido autoridades casi la mitad de los 24 distritos que luego elegirán autoridades nacionales. De este modo, aunque no anticiparán resultados ni garantizarán una tendencia marcada de cara a las elecciones presidenciales ya que las realidades políticas provinciales distan de ser correlativas en todos los casos con las nacionales,
el análisis de lo que pasa en las provincias permite sacar algunas conclusiones de cara al análisis de la situación nacional.
Con ese objetivo,
la consultora chaqueña OPIBE relevó los números que dejaron las ocho votaciones provinciales donde ya se votó (seis ya eligieron autoridades, mientras en dos se celebraron únicamente las primarias) y agrupó los votos por frente político nacional al que suscriben las opciones provinciales. Este fue el resultado:
¿Qué conclusiones permite sacar?
En primer lugar,
el relevamiento de OPIBE pone en cuestionamiento la idea de fin de ciclo. Si bien no se conoce qué sucederá en octubre, el Frente para la Victoria (FpV) es altamente competitivo a nivel nacional (su fórmula, Daniel Scioli-Carlos Zannini, lidera las encuestas) y a nivel provincial, sigue teniendo un caudal de votos elevado, al punto de ser primera o segunda fuerza en casi todos los casos.
Al agrupar las adhesiones por frente político en las seis provincias que ya eligieron autoridades, el FpV logró el 37,2% de los votos, mientras que Cambiemos (la coalición UCR-PRO) cosechó el 27,9%, que sumados al 15,2% de los candidatos apoyados tanto por Cambiemos como por la coalición massista Una Nueva Alternativa (UNA), dan 34,5%-. Si todo el grueso del voto opositor fuera a Macri y el oficialista a Scioli, eso daría niveles similares a los que muestran las encuestas nacionales.
Una segunda conclusión es la confirmación de que
el PRO ha logrado constituirse como segunda opción electoral a nivel nacional a través de su coalición con el radicalismo y su presencia -en términos de estructura y de votos- a lo largo y ancho del país. Asimismo, confirma para Sergio Massa el tercer lugar que le endilgan las encuestas.
Pero...
Sin embargo, los resultados provinciales están lejos de resolver la incógnita sobre qué pasará a nivel nacional.
Traspolar los resultados locales a la contienda nacional puede ser un error por distintos motivos.
En primer lugar, a excepción (en parte) del FpV, que es una fuerza política constituida, con un sello partidario constante en la vida política de los últimos años, y un sentido de pertenencia afianzado en una buena parte de su electorado, el resto de
las fuerzas -y peor aún en el caso de las que son coaliciones- no lograrán probablemente arrastrar los votos provinciales a nivel nacional.
En otras palabras,
no todos los radicales que votaron por Alfredo Cornejo en Mendoza o por Federico Sciurano en Tierra del Fuego votarán por Ernesto Sanz en agosto (algunos lo harán por Margarita Stolbizer u otros candidatos, inclusive peronistas como Sergio Massa)
ni menos aún elegirán en su totalidad a Mauricio Macri en octubre. Si algo mostraron las PASO provinciales,
como reflejan Andrés Malamud y Ernesto Calvo, es que los acuerdos de las cúpulas dirigenciales no son obedecidos por sus electorados en la mayoría de los casos.
Por otra parte,
la agrupación de votos por frentes le augura a Massa un 1,3% de los votos, muy lejos de lo que logrará el líder del Frente Renovador, que en la provincia de Buenos Aires aspira a conseguir al menos un 25% (es decir, un 10% del padrón nacional).
De cualquier manera, en tiempos en los que
las encuestas han probado ser en muchos casos poco predictivas, todo análisis lejos de restar, suma.
