El 10 de junio cerrarán las listas para las alianzas. En la medianoche del miércoles, se sabrá cómo irán a las primarias dos de los principales candidatos a presidente, Mauricio Macri y Sergio Massa. En el interior de ambos partidos continúan dándose debates para saber que sucederá.
Por un lado Macri no aceptó un frente común de la oposición. Siempre sostuvo, que el PRO buscaría “una nueva imagen” dentro del paisaje político, y que cualquier candidato que haya representado a espacios “viejos” no serían parte del proyecto. Entre ellos, situó a Massa, que hasta hace no mucho tiempo, pretendía llegar solo a las PASO del 9 de agosto.
Sin embargo, con la huída de muchos referentes massitas y la inestabilidad que revelaban los números en las encuestras, el candidato optó por hacerle un pedido al PRO, para construir una “gran interna opositora” que le permita llegar, al menos, a ocupar un cargo menor dentro de las elecciones ejecutivas.
Massa entonces, buscó forzar un cierre antes del 10 de junio, la fecha prevista como último plazo para la constitución de alianzas electorales que disputarán en las PASO el 9 de agosto, previas a las elecciones definitivas el 25 de octubre.
Esto da un saldo, de dos días o 48 horas para la inscripción de alianzas. Los tiempos son cortos y todo parece haberse disuelto en especulaciones. La oposición aún no logró calcular una estrategia común para combatir lo que el asesor del PRO, Jaime Durán Barba, opinó hace unos días, que “Cristina es imbatible”. En tanto, para el colombiano, que hace dos días resignó su candidatura para impulsar un acuerdo, “el gobierno se prepara para impulsar a la presidenta como candidata a gobernadora de la provincia de Buenos Aires”.
Por su parte, el kirchnerismo se muestra estable, con dos candidatos que representan diferentes sectores de un mismo partido, pero que en las urnas de octubre, votarán por lo mismo: el Frente para la Victoria.
En un escenario que impulsa más a perder que a ganar, el massismo insiste en cerrar el diálogo y ver qué sucederá en las urnas. Desean no quedar afuera de la polarización que estabeció como únicas posibilidades al kirchnerismo y al PRO como ganadores.
En esta lectura, si las presiones no tienen éxito, Massa podría resignar sus posibilidades y reconfigurar sus ambiciones, y bajarse a la gobernación o a la intendencia para no quedar sesgado.
El ex intendente de Tigre podría acompañar su paso al costado con una devolución de gentilezas y acusar a los cuatro vientos que el kirchnerismo va a ganar por culpa de Macri, que no quiso firmar "una gran alianza opositora".
Por otro lado, después del congreso partidario que concretó el PRO este sábado en Mar del Plata los portazos son cada vez más sonoros para el Frente Renovador.
La decisión del macrismo consistirá, hasta el cierre de esta edición, en registrar listas únicas con sus socios de la UCR y la CC y candidatos propios. La única opción de un postulante a vicepresidente de origen extrapartidario que podía acompañar a Macri, dicen alrededor del alcalde porteño saliente, era el senador nacional Carlos Reutemann.
El ex corredor y ex gobernador santafesino es otro de los socios del PRO que todavía insiste con el cierre de una "gran alianza opositora" con radicales y massistas.
Esa opinión lo habría dejado fuera de juego desde el 26 de abril, cuando las PASO porteñas definieron la interna del PRO y fortalecieron a Macri con la victoria de Horacio Rodríguez Larreta sobre Gabriela Michetti.
Desde el día posterior el PRO siembra suspensos sobre el posible candidato a vice que podría acompañar a Macri. "Iba a ser Reutemann hasta que insistió con el acuerdo con massistas y radicales", asegura un funcionario que responde al ministro de Gobierno Emilio Monzó, autor de ese acercamiento y de la inclusión de Elisa Carrió dentro de la misma troika.
Ahora esa compañía de fórmula podría volver estar en manos del secretario de Gobierno Marcos Peña o de la derrotada Michetti.
El nombre que jugará el PRO para completar la candidatura presidencial de Macri sigue siendo un enigma. "No tenemos necesidad de arriesgar nada hasta que sea necesario, pero si Massa sale a culparnos de todo esta semana por no cerrar con él, podríamos acelerar esa definición con el anuncio del vice", explicaron desde el gobierno porteño. Por fuera de esa lectura, el PRO buscará "arrancarle todo al massismo pero sin Massa, porque Sergio ya no vale nada, no está en carrera y él lo sabe", analizan con vehemencia en el PRO.
El juego de imposiciones de macristas sobre massistas aparenta una dimensión nacional, pero, en rigor, se circunscribe al territorio bonaerense, el único lugar donde el Frente Renovador todavía tiene alguna influencia para intentar una alianza opositora nacional.
El tiempo parece agotarse, pero la novela electoral de estos días ha vuelto a permitir que la provincia de Buenos Aires vuelva recuperar el sitial que tuvo durante décadas, cuando todos aludían al mayor distrito electoral del país como "la madre de todas las batallas".
Un territorio donde el massismo juega a no diluirse, el macrismo busca consolidarse y el kirchnerismo apuesta al factor sorpresa, una incógnita que ahora es alimentada por influyentes adversarios como el renunciante De Narváez.